1. Villa Crespo: DALE PEREJIL AL TORO
Sebastián Tarica, el chef y propietario de la parrilla Dale Perejil al Toro, es realmente una persona extravagante. Este establecimiento es un fiel reflejo de su personalidad: las paredes repletas de juguetes antiguos, sirven tiburón y yacaré -además de las carnes clásicas- y la vajilla es tan exótica que los postres van a las mesas sobre azulejos. El servicio a veces es resulta un poco caótico, pero vale una visita si uno esta buscando un lugar para variar un poco. Ideal para ir con parejas amigas.
(Estado de Israel 4483 / T. 4861-2052)
2. Palermo Hollywood: EL BONPLAND
Consejo para parecer moderno cuando se bautiza a un restaurante: tome el nombre de la calle sobre la que está ubicado y agregue por delante el artículo “la” o “el”, como en este caso. La parrilla El Bonpland, pese al nombre, está muy bien. Hay que probar el delicioso bife de chorizo cortado con cuchara (tierno hasta más no poder). Las especialidades del día se muestran en un pizarrón. Asador a la vista y –algo curioso- el servicio es atento y cordial. Favorito de los menores de 35.
(Bonpland 2113 / T. 4772-1131)
3. La Boca: HASTA EL HUESITO
La Boca no tiene precisamente aspiraciones de modernidad gastronómica, por eso este lugar resulta realmente un hallazgo. Funciona en una casona que luce antigua por fuera, aunque su interior está acondicionado con buen gusto y un touch moderno. Tiene estacionamiento, las porciones son grandes, la carne muy buena y los precios razonables. Recomendados: la provoleta y la bondiola de cerdo. Si esta parrilla estuviera en Palermo sería un hitazo. Hay que ir antes de que se avive demasiada gente.
(Av. Alte Brown 160 / T. 4361-0952)
4. Belgrano: LAS HUAZAS
Ya desde el nombre la parrilla Las Huazas postula su vocación cool. Se denominan “modern grill”. La deco del lugar es diferente a todo lo que una parrilla puede ofrecer: casi en el borde del minimalismo. Las especialidades son cochinillo, chivito y cordero. También ofrecen pollo, cordero y asado al disco. El precio promedio por persona es de unos 60 / 70 por persona. Cumple tanto para reuniones familiares como para cenas de a dos.
(Arcos 1984 / T. 4783-7577)
4. La Imprenta: LA DORITA
La parrilla La Dorita es pionera. Fue la primera en romper el molde a la hora de imaginar una propuesta diferente para una parrilla. Su dueño, Sebastián Valles, es sin dudas el inventor de la parrilla cool. La estética es la de un bodegón glamoroso, con banderines futboleros en las paredes, botellas al modo de lámparas y vino servido en pingüino, que no pierde vigencia pese a los denodados intentos de la competencia por copiarlos e imitarlos. La ecuación, la misma de siempre. Buen morfi y precios medios. Grandiosa la entraña y el matambrito tiernizado, pero la estrella es el choricampi: un chorizo envuelto en masa de pan. Tiene cuatro sucursales. La que más nos gusta es la de La Imprenta, para comer en sus mesas al aire libre, montadas sobre la calle Arce.
(Arce 901, T. 4776-4191)
6. Puerto Madero: GUACHA
Si sos joven y te gusta el mundo de las modelitos y de la “gente bien”, esta parrilla es para vos. No se come como en Cabaña Las Lilas, claro, pero qué importa. Acá lo que manda es el ambiente –tirando a romántico- y las mesas sobre el deck que mira a los diques de Madero Este. Una parrilla en la que, mientras esperan su medallón de lomo o su t-bone, los chicos juguetean con su iPhone y las nenas van al baño a retocarse el maquillaje. Para que entiendas lo que te decimos, sabé que algunos de sus socios son los mismos que los de Asia de Cuba.
(Olga Cossettini 1011 / T. 4313-8866)
7. Las Cañitas: CAMPO BRAVO
Hay gente que sale a comer, y gente que sale a ver gente. Campo Bravo es una parrilla muy apropiada para los del segundo grupo. Las veredas anchas convocan a multitudes que no tienen drama en esperar lo que sea para conseguir ubicación. El tiempo de espera se aprovecha para relojear. Ideal para ir en grupos (de hombres o de mujeres). Cocina correcta y precios razonables, y en general se come bien. Lo mejor: el ojo de bife. Hay dos, una en Palermo, otra en Cañitas (la más fashion) que por las noches… explota. También es piola para almorzar los domingos.
(Báez 292 / T. 4514-5820)
8. Palermo Soho: CHORI & WINE
Muy bien 10 para el arquitecto que ambientó el interior de esta nueva parrillita de Palermo, que viene a ser una suerte de parrillón finoli, bien lookeado, que se burla del mundo gourmet con platos contundentes como el tremendo bife de chorizo de 600 gramos que se comparte entre dos y sale 50 pesos. Para los que se vuelven locos por conocer todo lo nuevo y bueno que aparece por Palermo, acá hay cita obligada. Para comer bien, tranquilo y relajado. Se nota la presencia del dueño: la atención suele ser excelente. Buena carta de vinos, linda terraza para enamorados.
(Godoy Cruz 1997, esq. Costa Rica, Palermo)
9. Palermo Hollywood: MIRANDA
Para los lectores que se quejan de que recomendamos demasiados lugares de Palermo, acá tienen otro motivo para seguir pataleando. Palermo es “la catedral” de los restaurantes con ambiente trendy, y citar a Miranda es ineludible. La parrilla Miranda tiene música, tiene buena carne, tiene lindo público, tiene deco impecable, tiene… onda. Típicamente palermitano, los mozos no son profesionales, pero eso es lo que vas a buscar: algo de informalidad. ¿Los precios? Todo lo que se espera del barrio. Si te cae mal el exceso de gente fashioneta, mejor no vayas.
(Costa Rica 5602 esq. Fitz Roy, Palermo)
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