jueves, 21 de octubre de 2010

Flores silvestres: jardines de belleza natural

Las plantas silvestres del campo no son todas nativas, hay muchas especies exóticas que crecen espontáneamente, se han naturalizado. Algunas se "asilvestraron" como las azules achicorias, otras siempre fueron malezas y vinieron , por ejemplo, entreveradas en tierra o semillas. Los cardos, casi un ícono de la pampa, están desde hace siglos, desde que llegaron de Europa con la conquista española.

En Buenos Aires hay una valiosa flora de origen autóctono para cuidar y valorar. Por nombrar sólo herbáceas podemos mencionar la Verbena bonariensis, casi inhallable en nuestros jardines. Las petunias dieron origen a la miríada de híbridos que hoy se cultivan en todo el mundo. También están las glandularias, la margarita punzó (Glandularia peruviana), la margarita morada (G. dissecta), la blanca (G. platensis), y otras que originaron lo que se conoce hortícolamente –y para confusión- como verbenas y verbenas híbridas.

Un capítulo aparte son las bulbosas. Los Ipehion con sus estrellitas de blanco a celeste en la primavera, los Sisyrinchium azulinos, la magia de la Herbertia lahue que aparece sobre la tierra con la rapidez de los hongos, la Cypella herbertii de flores amarillas y trémulas y, en el verano, la sorpresa roja y rosa de las rhodophialas.

En esa época también tienen su momento espléndido las varas de oro (Solidago chilensis), adoradas por los bichitos de luz que se alimentan de su polen, y las cortaderas imponentes con un gran despliegue de variabilidad, algunas con penachos blanquísimos y otras con tintes pardos o lilas.

Algunas especies naturalizadas.
Las exóticas naturalizadas son plantas rústicas que suelen desplazar a las plantas nativas. Muchas de ellas tienen el aspecto adecuado para jardines de estilo natural y son fáciles de reproducir.

Briza maxima y minima; Iris pseudoacorus (iris amarillo); Brassica rapa (nabiza); Borago officinalis (borraja; Centaurium umbelatum; Cicorium intybus (achicoria); Cirsium vulgare (cardo negro); Cynara cardunculus (cardo de castilla); Dipsacus sativus (carda); Duchesnea indica (frutilla silvestre); Echium plantagineum (flor morada); Galega officinalis; Leucanthemum vulgare (margarita); Matricaria recutita (manzanilla); Melilotus albus (trébol de olor, meliloto); Mentha spp. (menta); Silybum marianum (cardo asnal); Taraxacum officinalis (diente de león); Trifolium pratense (trébol rojo); Trifolium repens (trébol blanco); Verbascum virgatum (polillera); Verbascum thapsus (gordolobo).

Algunas especies autóctonas.
Hay una gran cantidad de herbáceas autóctonas que crecen en la pampa. Guardar bajo cultivo en el jardín estos pequeños tesoros es un aporte para su conservación.

Asclepias mellodora; Canna glauca; Centaurea jacea; Cortaderia selloana (cortadera); Cypella herbertii; Dicliptera tweediana (canario rojo); Eryngium eburneum (falso caraguatá); Eryngium ebracteatum; Glandularia spp. (verbena); Habranthus tubispathus; Habranthus gracilifolius; Heliotropium amplexicaule; Herbertia lahue; Ipheion uniflorum; Nierembergia linariefolia; Oenothera affinis; Oxalis spp.; Oxypetalum solanoides; Rhodophiala bifidum; Sisyrinchium platense; Thalia multiflora; Verbena bonariensis; Verbena intermedia; Vernonia spp.

Fuente: http://www.revistajardin.com.ar/nota.asp?nota_id=1092006

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