viernes, 10 de diciembre de 2010
La otra Vuelta de Obligado
El prestigioso historiador británico David Rock, profesor de la Universidad de California, quiso intervenir en la polémica que en esta misma página sostuvieron Pacho O'Donnell y Luis Alberto Romero sobre la Vuelta de Obligado y la visión oficial del nacionalismo argentino.
Como inglés nativo, no veo la década que siguió a 1840, al decir de Churchill, como nuestra hora más gloriosa o "finest hour". En el colegio, a esa década la llamábamos "los años cuarenta hambrientos", no sólo por la catastrófica hambruna irlandesa, sino por la prolongada recesión económica que perjudicó seriamente las vidas de los obreros británicos. Las presiones económicas internas provocaron varias aventuras imperialistas en el exterior, entre otras, las guerras infames del opio contra el imperio chino y la intervención de 1845 en el Río de la Plata. Sólo cerca de 25 miembros de las tropas francesas e inglesas murieron en el conflicto de la Vuelta de Obligado, un acontecimiento casi olvidado en Francia y Gran Bretaña. Las pérdidas argentinas fueron mucho mayores: posiblemente hubo hasta mil muertos. La "batalla" recuerda los episodios imperialistas típicos en la India o en Africa, en los cuales por cada muerto europeo perecieron cincuenta nativos. Pacho O'Donnell define el incidente como "una de las mayores epopeyas militares de nuestra historia". Si eso fuera verdad, la República Argentina habría tenido una existencia casi idílica. Ojalá la historia británica hubiera sido la misma. En Gran Bretaña, el lenguaje de O'Donnell se aplicaría a acontecimientos como el primer día de la Batalla del Somme, el 1° de julio de 1916, cuando sesenta mil soldados ingleses cayeron en los primeros treinta minutos del enfrentamiento, ante las ametralladoras alemanas.
A pesar de su lenguaje exagerado, el artículo de O'Donnell tiene un cierto contenido analítico. Enfatiza, correctamente, la importancia de los barcos de vapor en el conflicto de 1845. Lord Palmerston veía al río Paraná como un sitio ideal para probar los barcos de vapor como máquinas bélicas. Los constructores de este tipo de buques en Inglaterra querían aumentar su producción si aparecían los mercados compradores. Algunos comerciantes de Liverpool soñaron con convertir al gran río (que creían conectado directamente al río Amazonas, a través de las junglas brasileñas) en un segundo Mississippi. Como señala O'Donnell, algunos comerciantes británicos concibieron el plan de redefinir el mapa político de la región del Plata, reduciendo el territorio de la Confederación Argentina y aumentando el de la República del Uruguay.
La batalla de la Vuelta de Obligado resultó una derrota para Rosas, aunque posteriormente él pudo reclamar una victoria estratégica, cuando los británicos abandonaron su acción bélica y volvieron a la diplomacia. Estos evitaron cualquier medida violenta en la construcción de su imperio de negocios en la Argentina. Aunque no discrepo totalmente con O'Donnell, comparto la crítica de Romero de su versión de romanticismo histórico. Nadie debe olvidarse del papel de la demagogia revisionista en la tragedia argentina de los años 70 del siglo pasado.
Romero resume bien las opiniones de muchos historiadores distinguidos y confiables. Sin embargo, tanto él como O'Donnell no mencionan varios aspectos de la intervención de 1845 que son cruciales para su mejor comprensión. Bien conocido, por ejemplo, es el largo esfuerzo de Rosas por controlar la Banda Oriental; estos conflictos marcaron la continuación de la competencia entre Buenos Aires y Montevideo para dominar el comercio del Río de la Plata, que había empezado en el período colonial. El conflicto tipificó esta época de la historia latinoamericana después de la independencia. Los caudillos y los Estados-ciudades luchaban por la hegemonía de una manera más parecida a las guerras de la Grecia Antigua o la Italia del Renacimiento que a las luchas nacionales-populares europeas durante las revoluciones de 1848.
Ni O'Donnell ni Romero enfrentan los antecedentes de la participación de Francia y Gran Bretaña en el conflicto de 1845. Los franceses estaban concentrados en Montevideo; se opusieron a Rosas porque él les aplicó políticas discriminatorias; pasaron todo el período de Luis Felipe (1830-1848) tratando de derrocarlo. Bien distinto de la invasión de México durante el régimen siguiente de Napoleón III, los orleanistas trabajaron contra Rosas a través de bloqueos y socios locales como el general Juan Galo Lavalle. Los franceses nunca quisieron lanzar una invasión en tierra con tropas europeas, pues temieron que esto resultara un desastre costoso.
A diferencia de los franceses, los británicos habían establecido una presencia en ambas bandas del Río de la Plata. Buenos Aires atrajo a los británicos porque ofrecía acceso a mayores mercados y a productos vacunos de exportación. Por su parte, Montevideo tenía un puerto más caudaloso que Buenos Aires, y más cerca del Atlántico; además, sus autoridades solían demostrar más voluntad de cooperar con los comerciantes británicos.
En 1845, los comerciantes británicos de Montevideo convencieron a sus socios en Liverpool de montar una campaña bélica contra Rosas. Argumentaron que Montevideo pronto podría convertirse en la base de un nuevo comercio muy apreciable hacia el interior sudamericano, a través del Paraná. Para cumplir este plan, era necesario eliminar la oposición de Rosas. Los propagandistas siempre escondieron su verdadera razón: una acción contra Rosas por un bloqueo a Buenos Aires les daría el monopolio sobre el comercio existente en el Río de la Plata. El conflicto de 1845 significó una lucha entre grupos de políticos y comerciantes en competencia por la hegemonía comercial. Marcó una nueva etapa en la larga pelea entre Buenos Aires y Montevideo por la supremacía en el Río de la Plata.
Samuel Lafone merece una mención destacada en los anales del imperialismo victoriano. El lanzó la visión del comercio a vapor entre Montevideo y el alto Paraná; concibió el plan de redefinir las fronteras entre la Argentina y Uruguay a beneficio del segundo; en los años 50, gestó el desarrollo de las islas Malvinas, desde Montevideo. En 1845, Lafone convenció a William Ouseley, el enviado diplomático de Aberdeen, de enviar la expedición naval, junto con los franceses, por el Paraná y emprender el ataque a las tropas rosistas en la Vuelta de Obligado. A pesar de su triunfo militar, los británicos sacaron escaso provecho de su agresiva aventura, porque las oportunidades comerciales de la región del Paraná y del Paraguay fueron casi nulas.
Aberdeen había ordenado a su enviado utilizar la fuerza como último resorte y pronto condenó la entrada forzada al Paraná. Rápidamente, la opinión pública inglesa se dio cuenta de que la intervención contra Rosas producía grandes ganancias para los comerciantes de Montevideo, pero provocaba el descenso del comercio británico. La oposición creció a tal punto que a principios de 1846 los británicos abandonaban toda su anterior estrategia. Como ocurrió repetidas veces en el siglo XIX, el imperialismo británico se formó menos como resultado de una política gestada en Londres que por las acciones de los agentes comerciales locales o " men on the spot ", en este caso, Lafone y Ouseley.
"No somos ni Argelia ni la India", declaró gallardamente Rosas, cuando las fuerzas británicas se habían retirado. A pesar de su oposición a la intervención, el gobernador aceptó plenamente la idea de una asociación comercial con los europeos. En 1847, el diario pro rosista escrito en inglés en Buenos Aires, The British Packet , publicó un manifiesto sosteniendo que una relación con Gran Bretaña que hoy llamaríamos "imperialismo informal" sería provechosa para ambas partes. El diario llamó a los británicos a enviar obreros y granjeros a Buenos Aires, que se dedicarían al comercio y al sector rural. De haber venido, los británicos hubieran gozado, según el diario, de "todos los beneficios de una colonia sin costo ni responsabilidad". Los rosistas también proponían el tipo de relación con Gran Bretaña que de hecho se materializó hacia fines del siglo XIX. Lo que hoy los revisionistas condenan como "la oligarquía antinacional o entreguista" asociada con los británicos? ¡incluiría a Rosas mismo! Obviamente, lo propuesto por Rosas tuvo el apoyo de los británicos establecidos en Buenos Aires. Ellos peticionaron al Foreign Office que se abandonara la intervención militar y rehusaron el consejo de Ouseley de salir de Buenos Aires. Todos se mantuvieron leales a Rosas y defensores de la soberanía provincial.
Conozco a un solo entusiasta de una hipotética conquista militar británica de Buenos Aires. Irónicamente, un irlandés. En 1845-1847, Antonio Fahy, un cura empobrecido y recién llegado, pidió un subsidio del gobierno británico anunciando su voluntad de actuar como un líder colonial, sobre la base de su prestigio dentro de la comunidad irlandesa de Buenos Aires.
Una narrativa acertada de los sucesos de 1840 en el Río de la Plata subraya lo anacrónico de la terminología empleada por O'Donnell: "democracia popular", "soberanía nacional" y "nacionalismo", por ejemplo.
La batalla de la Vuelta de Obligado fue una masacre de "nativos" típica de su tiempo. Más que un arquetipo del nacionalismo popular, Rosas era un dictador de un Estado-ciudad que, a la vez que supo defender su propio territorio, también deseó siempre una relación cercana y provechosa con los países imperialistas.
Como nota Romero, aquellos años pertenecieron a la época prenacional y prenacionalista de la Argentina. Los intelectuales liberales preclaros, como Alberdi y Sarmiento, soñaban con una república consolidada que emulara la pujanza democrática y republicana de Estados Unidos. Pero en aquella época sus proyectos todavía se hallaban muy lejos del imaginario de la masa popular.
*El autor, historiador británico,
es especialista en historia política argentina
Fuente: Diario La Nacion
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1331065
Transformar la derrota en victoria
El Gobierno anuncia la gran celebración de un aniversario de la Vuelta de Obligado, la batalla en la que, el 20 de noviembre de 1845, las tropas de Rosas intentaron inútilmente bloquear el acceso de la flota británica por el río Paraná. Paralelamente, los escritores neorrevisionistas baten el parche y despiertan sentimientos e imaginarios de un nacionalismo hondamente arraigado en nuestra sociedad. A la vez, por qué no, realizan un buen negocio editorial.
Como de costumbre, anuncian la revelación de un episodio que la "historia oficial" ha mantenido oculto. En realidad, el episodio de la Vuelta de Obligado puede ser leído en casi cualquier libro que se ocupe del período. Por ejemplo, en dos autores clásicos y de ideas diferentes: José Luis Busaniche y Ernesto Palacio. Dos probos historiadores británicos, H. S. Ferns y John Lynch, han dicho todo lo que necesitamos saber acerca de las trapisondas del lobby de comerciantes e industriales de Liverpool y Manchester, que presionó permanentemente sobre la política del Foreign Office en el largo conflicto de la Cuenca del Plata. Tulio Halperin Donghi, hace 40 años, trazó un balance equilibrado del asunto, bastante favorable a Rosas: sin cuestionar los sólidos lazos que ligaban con Gran Bretaña a los hacendados y comerciantes porteños e ingleses -dice-, Rosas defendió encarnizada y a la larga eficazmente la independencia política de la región, en la época de la "política de las cañoneras", cuando nadie podía asegurar cuáles serían los límites del colonialismo europeo. Rosas puso esos límites.
Coincido con esos balances, que destacan no tanto las heroicas acciones militares en el Paraná como la tozuda y cazurra práctica diplomática de Rosas en los cuatro años siguientes. Me parece más difícil de aceptar, en cambio, que la batalla del 20 de noviembre de 1845 haya sido una gran "epopeya nacional", como se dice.
En primer lugar, fue una derrota. Honrosa y heroica, sin duda; victoria moral, como nos gusta a los argentinos; pero derrota al fin. La de los ingleses fue quizás una victoria a lo Pirro. Pero vencieron. Cortaron las cadenas, rompieron el bloqueo y llegaron con sus barcos a Corrientes, donde la sociedad local admiró los nuevos barcos de vapor y las damas alternaron y coquetearon con los oficiales británicos.
Sin embargo, sus logros fueron escasos. Los mercados de las provincias litorales eran menos atractivos que lo supuesto. Ninguno de los jefes políticos antirrosistas, en armas en las provincias litorales, quiso comprometerse con los ingleses. Los comerciantes británicos en Buenos Aires continuaron acumulando pérdidas con el bloqueo y reclamando una solución pacífica. Dicho esto, sopesemos el argumento de los neorrevisionistas: las fuerzas militares de Rosas, luego de la derrota del 20 de noviembre, practicaron una tenaz y meritoria guerrilla de retaguardia, que ocasionó pérdidas a la flota y a los buques mercantes ingleses. Un problema más. Por entonces, otros problemas en su vasto imperio informal reclamaron la atención del gobierno británico . En 1846 Aberdeen, cultor de la "política de las cañoneras", fue reemplazado en el Foreign Office por Palmerston, partidario del camino negociado. Hubo una nueva evaluación de la situación del Plata, y aunque el bloqueo se mantuvo hasta 1849, finalmente se llegó a un acuerdo muy honroso para el gobierno de la Confederación, en el que Rosas obtuvo lo que no pudo lograr en el campo de batalla. Celebremos pues el éxito pacífico de la diplomacia y no el fracaso de la guerra. La negociación y no la epopeya.
¿Fue "nacional" esta acción? También me parece dudoso. Los revisionistas y neorrevisionistas comparten una idea, de origen alemán, acerca de la existencia de una nación eterna, existente desde siempre y animada por el "alma del pueblo", el volgeist . Una idea importada, pensada para otras realidades, que nuestro nacionalismo aceptó con entusiasmo y aplicó a nuestro caso. Los historiadores profesionales sabemos que las naciones no existen desde siempre, sino que se construyen, en circunstancias determinadas. Casi siempre son impulsadas por Estados, que encuentran en el imaginario nacional su mejor legitimación.
En rigor, en 1845 el Estado nacional argentino todavía estaba en construcción; toda la Cuenca del Plata era un hervidero, y ni siquiera estaba claro qué parte de ella -¿el Uruguay o el Paraguay?- correspondería a la Argentina. Muchos conflictos estaban pendientes de resolución y era difícil saber cómo terminaría la historia, y en consecuencia, cuál de los intereses en pugna sería el "nacional". Nuestros neorrevisionistas dan por sentado que Rosas defendía el interés nacional. Quizá. Pero en la época había opiniones diferentes sobre cómo organizar el país, especialmente entre correntinos, entrerrianos y santafecinos, por no mencionar a uruguayos y paraguayos, cuya independencia Rosas cuestionaba.
En cambio es seguro que Rosas, bloqueando el Paraná e impidiendo la libre navegación de los ríos, sostuvo los intereses de Buenos Aires, una provincia que, bueno es recordarlo, hasta 1862 vaciló entre integrar el nuevo Estado o conformar un Estado autónomo. Rosas defendió con energía el monopolio portuario porteño, de cuyas rentas, no compartidas, vivía la provincia. Contra Rosas estaban quienes creían que la libre navegación de los ríos los beneficiaría. El conflicto se dirimió luego de Caseros. Mientras Rosas elegía exiliarse en Inglaterra -quizá para estudiar más de cerca a la "pérfida Albión"-, el Pacto de San Nicolás en 1852, y la Constitución Nacional en 1853, abrieron el camino a la libre navegación. Los neorrevisionistas hablan del triunfo de los intereses antinacionales. Eso los llevaría a ubicar a nuestra Constitución en el campo antinacional. A los que vemos en la Constitución el fundamento de nuestro orden institucional nos resulta imposible acompañarlos en esa posición.
Transformar una derrota en victoria. Hacer de una batalla donde primaron los intereses particulares de Buenos Aires un jalón en la construcción de la Nación. Todo eso es algo más que una opinión, poco rigurosa pero aceptable en un terreno por definición opinable, como lo es el pasado. Tal manera de ver las cosas constituye una parte central del "sentido común" nacionalista, muy arraigado en nuestra cultura, a tal punto de haberse convertido en una verdad que se acepta sin reflexión. En su tiempo, el revisionismo ayudó mucho a construirlo. Los escritores neorrevisionistas -confieso que me cuesta llamarlos historiadores- pulsan esa sensibilidad, la refuerzan, y adicionalmente la convierten en un buen negocio: bien publicitado, el nacionalismo patológico vende bien.
Digo nacionalismo patológico porque hay, en mi opinión, otro nacionalismo, al que prefiero llamar patriotismo, sano, virtuoso e indispensable para vivir en una nación. Pero en el sentido común de los argentinos predomina aquel otro: una suerte de "enano nacionalista" que combina la soberbia con la paranoia y que es responsable de lo peor de nuestra cultura política. Nos dice que la Argentina está naturalmente destinada a los más altos destinos; si no lo logra, se debe a la permanente conspiración de los enemigos de nuestra Nación, exteriores e interiores. Chile siempre quiso penetrarnos. Gran Bretaña y Brasil siempre conspiraron contra nosotros. Ellos fraccionaron lo que era nuestro territorio legítimo, arrancándonos el Uruguay, el Paraguay y Bolivia. La última y más terrible figuración del "enano nacionalista" ocurrió con la reciente dictadura militar. Entonces, el enemigo pasó de ser externo a interno: al igual que los unitarios con Rosas, la subversión era "apátrida" y, como tal, debía ser aniquilada. Poco después, la patología llegó a su apoteosis con la Guerra de Malvinas.
Ese nacionalismo constituye un mito notablemente plástico, capaz de adaptarse a situaciones diversas. Así, nuestro actual gobierno puede hacer uso de él, resucitar muchos de sus tópicos -tarea en la que ayudan estos escritores neorrevisionistas- e incluir en su campaña general contra diversos enemigos -la lista es conocida- este revival de la Vuelta de Obligado que prenuncia una revitalización del mito en beneficio propio, tal como lo está haciendo con la causa de las Malvinas. En 1983, muchos creímos que habíamos logrado desterrar al "enano nacionalista". Hoy, yo al menos lo dudo.
Fuente: Diario La Nacion
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1325771
Una epopeya largamente ocultada
A dos días del aniversario del Combate de la Vuelta de Obligado / Polémica entre nacionalistas y liberales
El combate de la Vuelta de Obligado es la expresión a cañonazos de un conflicto que recorre la historia argentina: el de las ambiciones de ciertas dirigencias vernáculas asociadas en beneficio propio con las potencias exteriores del momento, enfrentadas con los intereses nacionales, sobre todo de los sectores populares, que en 1845 fueron organizados y armados por su líder natural, Juan Manuel de Rosas.
Obligado es, junto con el Cruce de los Andes, una de las dos mayores epopeyas militares de nuestra patria. Una gesta victoriosa en defensa de nuestra soberanía política, económica y territorial que puso a prueba exitosamente el coraje y el patriotismo de argentinas y argentinos, lamentablemente silenciada por la historiografía liberal escrita por la oligarquía porteñista, antipopular y europeizante, vencedora de nuestras guerras civiles del siglo XIX.
Versión que continúa hoy vigente con algunos cambios epidérmicos y con denominaciones oportunistas que, por ejemplo, incorporan el término "social" para disimular su conservadurismo y continuismo. Corriente que, aprovechando los golpes militares y ante la expulsión de la historiografía peronista y marxista de nuestras universidades, se adueñó del poder que administra cátedras, subsidios, becas, empleos.
Ser revisionista no supone ser "antimitrista". Bartolomé Mitre fue un argentino excepcional que dirigió inmensos ejércitos, tradujo La Divina Comedia , llegó a presidente de la república. Y también escribió los fundamentos de nuestra historia al mismo tiempo que la protagonizaba. Tuvo la sensibilidad social de poner en superficie el heroísmo inconcebible de los caudillos altoperuanos, pero no pudo mantener esa objetividad al ocuparse de los caudillos federales tardíos, a quienes perseguía porque se habían constituido en un serio obstáculo para su proyecto de Organización Nacional. La historiografía que el revisionismo cuestiona se plasmó años después, en parte basada sobre sus escritos, pero sobre todo al calor de una "educación patriótica", cuyo objetivo fue hacer que las masas inmigrantes incorporasen "lo nacional" alimentadas por una versión rígida, simplificada y conservadora de nuestra historia. Cuando se habla de "historia oficial" se debe hablar más de Ricardo Levene que de Mitre.
Corría 1845. Las dos más grandes potencias económicas, políticas y bélicas de la época, Gran Bretaña y Francia, se unieron para atacar a la Argentina, entonces bajo el mando del gobernador de Buenos Aires, don Juan Manuel de Rosas. El pretexto "humanitario", infaltable en toda incursión imperial, tuvo la complicidad de los unitarios emigrados en Montevideo: a los "interventores", como les gustó llamarse a los europeos, no los movía otra intención que apoyar a quienes se oponían al gobierno supuestamente tiránico de Rosas.
Es cierto que Rosas era violento; todos en esa época lo eran, también Paz, Lavalle y Urquiza. En cuanto al terror rosista, es sin duda cuestionable la creación de "la Mazorca", una organización parapolicial para perseguir y amedrentar a los opositores; pero también es cierto que en sus períodos más cruentos, octubre de 1840 y abril de 1842, no murieron más de 60 personas, lejos de las 200 ejecutadas por Urquiza en las semanas posteriores a Caseros.
Los motivos reales de la "intervención en el Río de la Plata" fueron de índole económica. Se imponía el castigo a ese gaucho insolente que desafiaba a las potencias europeas con trabas al libre comercio y medidas aduaneras que protegían los productos nacionales, y fundando un Banco Nacional que escapaba al dominio de los capitales extranjeros.
Gran Bretaña y Francia se habían unido para expandir sus mercados aprovechando el invento de los barcos de guerra a vapor, que les permitían internarse en los ríos sin depender de los vientos y así alcanzar nuestras provincias litorales, el Paraguay y el sur del Brasil. Esas intenciones eran confirmadas por los casi cien barcos mercantes que seguían a las naves de guerra.
Lo más grave para nuestra soberanía era la pretensión de independizar Corrientes, Entre Ríos y lo que es hoy Misiones formando un nuevo país, la "República de la Mesopotamia", que empequeñecería y debilitaría aún más a la Argentina, que ya había sufrido el desgarro de la Banda Oriental, con la insólita anuencia de Rivadavia, y del Alto Perú (Bolivia) ante la indiferencia de Alvear. Sería Urquiza, luego de Caseros y en acuerdo con el emperador de Portugal Juan I, quien reconocería la independencia del Paraguay, algo a lo que Rosas se negó con pertinacia.
Ingleses y franceses creyeron que la sola exhibición de sus imponentes naves, sus entrenados marineros y soldados, y su modernísimo armamento bastarían para doblegar a nuestros antepasados, como acababa de suceder con China. Pero no fue así: Rosas, que gobernaba con el apoyo de la mayoría de la población, sobre todo de los sectores populares, decidió hacerles frente. Encargó al general Lucio N. Mansilla conducir la defensa. Su estrategia fue la siguiente:
1) Era imposible vencer militarmente a los invasores por la diferencia de poderío y experiencia, lo que hacía inevitable que tuvieran éxito en su propósito de remontar el río Paraná.
2) Dado que se trataba de una operación comercial encubierta, el objetivo era provocarles daños económicos suficientes como para hacerlos desistir de la empresa y lograr así una victoria estratégica que vigorosas negociaciones diplomáticas harían luego contundente.
3) Era necesario buscar un lugar del Paraná donde fuera posible alcanzar los barcos enemigos con los escasos, anticuados y poco potentes cañones con que se contaba.
Mansilla emplazó cuatro baterías en el lugar conocido como Vuelta de Obligado, donde el río se angosta y describe una curva que dificultaba la navegación. Allí nuestros heroicos antepasados tendieron tres gruesas cadenas sostenidas sobre barcazas y así lograron que durante el tiempo que tardaron en cortarlas los enemigos sufrieran numerosas bajas en soldados y marineros y devastadores daños en sus barcos de guerra y en los mercantes. El calvario de las armadas europeas y los convoyes que las seguían continuó durante el viaje de ida y de regreso, siendo ferozmente atacadas desde las baterías de "Quebracho", del "Tonelero", de "San Lorenzo" y, otra vez, desde "Obligado". La estrategia de Rosas y Mansilla tuvo éxito y las grandes potencias se vieron obligadas a capitular aceptando las condiciones impuestas por la Argentina y cumpliendo con la cláusula que imponía a ambas armadas, al abandonar el río de la Plata, disparar 21 cañonazos de homenaje y desagravio al pabellón nacional.
Desde su destierro en Francia, San Martín, henchido de orgulloso patriotismo, escribió a su amigo Tomás Guido el 10 de mayo de 1846: "Los interventores habrán visto por este échantillon que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca". Más adelante felicitaría al Restaurador: "La batalla de Obligado es una segunda guerra de la Independencia". Y al morir le legó su sable libertador.
Insólitamente, hay argentinos que siguen empeñados en negar la importancia de Obligado y hasta objetan la victoria patriota. Aliados así otra vez con los invasores del 45, sobre todo con Francia, que, al calor de la humillación sufrida, insiste aún hoy que la guerra del Paraná le fue favorable. Aducen para ello que superaron las barreras de Obligado, remontaron el Paraná hasta su fin y regresaron. Como muestra, en el Panteón de Napoleón donde se exhiben las banderas enemigas tomadas en victorias militares, se exhibe en el puesto 32 una enseña argentina manchada en sangre recuperada de alguno de los lanchones que sostenían las cadenas.
Pero lo que demuestra su derrota es que no se cumplieron ninguno de los objetivos de la invasión de las potencias: las provincias litorales siguen siendo argentinas, el Paraná es un río interior de nuestro territorio y la Argentina no es un protectorado británico, como habían acordado los unitarios con las potencias "interventoras".
Serían otras las formas, más sutiles y eficaces, que las potencias invasoras, sobre todo Inglaterra, pondrían en juego en el futuro para restañar las heridas y para dominar hasta 1945 nuestra economía, nuestra política y nuestra cultura con la complicidad de sus "socios interiores".
Fuente: Diario La Nacion
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1325770
lunes, 6 de diciembre de 2010
Sin Kirchner, las crisis ya no son huracanes
El aparato del poder estaba atareado en embellecer con más y más virtudes cívicas la memoria de Néstor Kirchner cuando WikiLeaks y los correos electrónicos del asesor Manuel Vázquez irrumpieron en la escena. Es comprensible que la Presidenta, siempre locuaz, haya esta vez enmudecido. Los datos que brotan de esos manantiales son capaces de empañar la personalidad de su marido.
La elevación de Kirchner a los altares cuenta con dificultades menos escabrosas. Al mismo tiempo que edifican esa apoteosis, los discípulos del santo comienzan a abandonar sus enseñanzas. Se alarman por la inflación, golpean a las puertas del Fondo Monetario Internacional (FMI), ofrecen al Club de París el generoso pago de la deuda, y hasta prometen un aumento de tarifas. La Cumbre Iberoamericana también fue ganada por la herejía: Cristina Kirchner fue la principal abogada de los Estados Unidos contra la condena a las filtraciones diplomáticas que quería emitir el bloque bolivariano. Sucedió en Mar del Plata, junto a las mismas playas que cinco años atrás habían visto a su esposo zamarrear al presidente de esa potencia. El encumbramiento ritual de Kirchner y este revisionismo componen una paradoja detrás de la cual palpitan varias verdades del momento político.
La tentación más inmediata es pensar que esos dos movimientos no son contradictorios, sino complementarios. Es decir: hace falta que Kirchner ingrese pronto al panteón de la nacionalidad para que sus herederos disimulen el rescate de una experiencia político-administrativa que con su fundador llevaba un rumbo de fracaso. Sólo transformando a Kirchner en una figura indiscutible podrían comenzar a discutirse sus principales decisiones. De ser así, el ex presidente habría prestado a su esposa un último servicio invalorable: el de ausentarse en el momento oportuno, cuando todavía había tiempo de salvar al edificio de un derrumbe que las elecciones del año 2009 ayudaron a prever. Vista de este modo la jugada, tendría razón Lula: Kirchner fue el Maradona de la política.
Con todo lo atractiva que pueda resultar, esta hipótesis es sospechosa: supone una habilidad para la autocrítica que el oficialismo no posee. Es mejor imaginar una explicación menos sofisticada. O más inocente. Del diálogo con numerosos funcionarios se infiere que la muerte de Kirchner liberó a su equipo de un pasivo que estaba determinando el hundimiento de la empresa. Ese pasivo era la imposibilidad de poner en tela de juicio las órdenes que llegaban desde lo alto. Kirchner era un jefe absorbente e inapelable que premiaba casi una sola capacidad: la de ejecutar sus mandatos sin la contaminación de un sello personal. Esa sumisión extrema era a la vez muy cómoda, ya que relevaba a los colaboradores de cualquier responsabilidad.
Ahora que falta el líder, ese método se ha vuelto impracticable. No se trata de creer que una iluminación celestial ha modificado la visión de los que gobiernan. Desaparecido aquel garante de última instancia, al frente del poder quedó una mujer que debe tomar decisiones delicadas mientras llora a su marido. En esa fragilidad está, sin embargo, su fortaleza. Porque la ausencia de Kirchner ha abierto espacio a la duda. Y "duda" significa ?racionalidad'.
El primer mes de luto produjo algunas evidencias. La principal es que Cristina Kirchner asumió que la inflación es una amenaza para su gobierno. El pacto de precios y salarios que negocia Julio De Vido deviene de esa percepción. El ministro quiere que las próximas paritarias no convaliden aumentos superiores al 20%. Piensa también atraer al empresariado con créditos públicos por alrededor de $ 6000 millones.
De Vido prepara otro manjar para los hombres de negocios. Sugirió a los principales operadores del sector energético un aumento de tarifas. Mañana, la Presidenta anunciará a los productores de gas una mejora en sus precios. A los generadores se les aseguró el pago de viejas deudas. Y a las distribuidoras de gas y electricidad se les aconsejó que reclamaran un incremento de sus ingresos, que, a la larga, les será concedido. "Ya te hicimos caso varias veces, pero después Kirchner nos mataba", le comentó un empresario a De Vido. El ministro contestó lacónico: "Ahora Kirchner no está".
El frente externo también registra apostasías. Héctor Timerman y Amado Boudou, dos detractores sistemáticos del FMI, viajaron a Washington a pedir la colaboración del organismo en la confección de un índice nacional de precios. Es verdad que esta vuelta carnero fue hija del rigor. La burocracia del Fondo había puesto a consideración del directorio una condena contra el Indec y sus fraudes estadísticos. Para la Presidenta, era imprescindible evitar ese pronunciamiento, ya que podría haber obligado a su exclusión del G-20, la tribuna internacional que más aprecia. El reencuentro con el Fondo y la negociación con el Club de París hacen juego con la posición del Gobierno en la cumbre de Mar del Plata.
La velocidad de estos giros desnuda una información inconveniente: las decisiones de Kirchner despertaban entre sus colaboradores más desconfianza que la que permitían imaginar los juramentos inquebrantables realizados sobre el féretro. También se entrevé ahora que muchas advertencias y críticas de la oposición y del mercado tenían más credibilidad entre los funcionarios que la que ellos podían admitir. Hay también un cambio de estilo: crisis como las de WikiLeaks o Vázquez ya no producen huracanes como los que desataba Kirchner. Son trivialidades frente a esta novedad central: el oficialismo se está planteando algunas preguntas relevantes.
Es verdad que la calidad de las respuestas es dudosa. ¿Se puede tramitar un acuerdo empresarial con un gobierno que con tal de quedarse con una compañía es capaz de fraguar contra sus propietarios una denuncia por crímenes de lesa humanidad? ¿Se sentará Moyano a la mesa del acuerdo salarial mientras los jueces, que él cree subordinados al Gobierno, allanan su sindicato y ponen a su esposa al borde del procesamiento? El viernes en Mar del Plata, en rueda de gremialistas, dijo que no lo haría. Héctor Magnetto (CEO de Clarín ) y Moyano siguen siendo los problemas cruciales de la señora de Kirchner.
No son, es verdad, las únicas incógnitas. ¿Se puede sellar un acuerdo empresarial mientras Guillermo Moreno siga al frente de la microeconomía oficial? ¿Alcanza con comprometer al Fondo en la búsqueda de una salida para el Indec, si después se ignoran sus sugerencias, como ocurrió con la Universidad de Buenos Aires? ¿Es suficiente con subir las tarifas y pagar al Club de París para reconectar a la Argentina con las corrientes de inversión internacional? ¿Cabe esperar que la inflación se modere por un pacto corporativo, si los factores monetarios y fiscales que impulsan su escalada siguen fuera de control? La prueba piloto del acuerdo que hizo De Vido en el sector energético está naufragando en estos días: en Santa Cruz y Chubut, hay dependencias de YPF tomadas por el personal, y el área metropolitana asistirá esta semana a un paro de Luz y Fuerza. En definitiva, ¿es posible esperar mejores soluciones de funcionarios que, en su mayoría, fueron seleccionados por su predisposición a trabajar como autómatas?
La oposición puede tranquilizarse respondiendo con un no a estos acertijos. Puede también apostar a que la previsible empatía que despierta toda viuda se vaya evaporando con los días. Pero quienes compiten con el oficialismo caerían en un error si no advirtieran que, con el fallecimiento de Kirchner, el Gobierno ha perdido mucho más que un mal candidato presidencial. Con Kirchner se ha ido también un líder irreflexivo, que condenaba a los suyos a un único punto de vista, enredándolos en conflictos cada vez más incomprensibles.
A la esposa y a los sinceros amigos del ex presidente les debe resultar intolerable que una ausencia tan dolorosa para ellos sea, al mismo tiempo, muy saludable para el Gobierno. Es menos razonable que los líderes de la oposición no admitan que la muerte, en este caso, puede haber operado como una medicina. Es decir, que ahora les aguarda una tarea más exigente; que ya no les bastará con vituperar al que administra; que para capturar el poder sólo basta con ingresar al ballottage. Quienes pretendan reemplazar al Gobierno deberán elaborar un concepto, diseñar una estrategia, imaginar un futuro. Quien se demore en esa tarea corre un riesgo inesperado: que termine siendo Cristina Kirchner la que, antes de las elecciones, y acaso sin darse cuenta del todo, declare inaugurado el poskirchnerismo.
Fuente: Diario La Nación.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Problema con Gmail - no se ven las imágenes de los mensajes
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miércoles, 27 de octubre de 2010
Situación de pobreza e indigencia en los grandes centros urbanos de Argentina
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo68/files/INFORME_PRENSA_POBREZA_-_UCA.pdf
sábado, 23 de octubre de 2010
Pincho de morcilla, membrillo y palta
Tostar levemente las semillas de mijo en una sartén. En una olla chica colocar aceite de oliva, los ajos pelados cortados en láminas, cuatro ramitas de orégano, las bayas de pimienta negra machacada y el chile sin semillas picado. Calentar en fuego mínimo durante 5 minutos. Apagar el fuego y dejar enfriar tapado. Pelar las paltas y cortar en trozos parejos. Reservar en un bol con agua y jugo de ½ limón. Cortar la cebolla, los tomates y los pimientos en cubos chicos. Colocar en un cuenco y condimentar con perejil fresco picado, sal, pimienta, el resto del jugo de limón y aceite de maíz. Lavar y secar los membrillos, retirar las semillas y cortar en rodajas de 1 cm. Pintar con el aceite saborizado y grillar de ambos lados en una plancha caliente hasta que las rodajas resulten tiernas. Salpimentar. Retirar la piel de la morcilla y cortar en rodajas del mismo espesor que los membrillos. Salpimentar, pasar rápidamente por harina y tomillo fresco picado y grillar de ambos lados a fuego fuerte. Rociar con aceite saborizado. Armar pinchos intercalando membrillos, morcilla y palta. Espolvorear con semillas tostadas y acompañar con salsa criolla.
Fuente: blogs.lanacion.com.ar/martiniano
Picada de choripán
Disponer las rodajas de pan, frotar con ajo, rociar con aceite de oliva y espolvorear con sal gruesa y pimienta negra machacada. Colocar en una fuente y cocinar en el horno hasta dorar. En una olla profunda de hierro o de barro agregar una cucharada de manteca y una cucharada de aceite de oliva, incorporar los chorizos enteros y la panceta sin el cuero y cortada en tiritas. Cocinar a fuego bajo durante 25 minutos. Transcurrido ese tiempo retirar la materia grasa y agregar ajos pelados machacados, las cebollas común, morada y de verdeo en láminas, el pimiento en bastoncitos y las berenjenas en rodajas. Cocinar durante 15 minutos a fuego alto. Agregar salvia picada y vino blanco. Condimentar con sal y pimienta y cocinar hasta evaporar el alcohol. Agregar los tomates picados groseramente y el caldo de carne caliente, bajar el fuego a mínimo y cocinar hasta que la salsa se espese. Cortar el chorizo en láminas y servir con la salsa de tomates y vegetales sobre el pan asado. Espolvorear con hierbas frescas picadas.
Tips
Una opción saludable es precocinar los chorizos en agua caliente durante 20 minutos a fuego bajo para que eliminen su materia grasa.
Fuente: blogs.lanacion.com.ar/martiniano
SECRETO CRIMINALE
Mediados de los años setenta, primeros ochenta. Italia era un polvorín. El laboratorio del mundo moderno. La vanguardia cultural y política. Plena Guerra Fría, los años de plomo. Palestinos e israelíes, la CIA y el KGB, las Brigadas Rojas y el terror negro. Los comunistas pactando con los democristianos. La mafia siciliana llenando las calles de heroína y cocaína. Pasolini asesinado en Ostia. Juan Pablo II preparando, con el Opus Dei, el inminente hundimiento del bloque soviético. Aldo Moro secuestrado. Aldo Moro asesinado. La matanza de la estación de Bolonia. Andreotti, El Divo, y su hipotético beso a Totó Riina, el capo sanguinario. Sordi y Gassman, Mastroianni, Fellini y Antonioni. Celentano y el arzobispo Paul Marcinkus, dando alegría a las finanzas de la Santa Sede. La quiebra del Banco Ambrosiano. El asesinato de Roberto Calvi (Londres, puente de los Frailes Negros). Y el de Michele Sindona, banquero de Cosa Nostra: un poco de veneno en el café.
Han pasado 30 años y casi todos aquellos oscuros misterios siguen siendo eso: misterios. Mejor dicho, secretos que no han sido develados. Delitos, muchas veces gravísimos, por los cuales los culpables jamás pagaron, ni pagarán. "Un país sin verdad", dijo Leonardo Sciascia. Un agujero negro, diríamos ahora.
De aquel agujero regresó hace cuatro años, de la forma más inesperada, a través de un programa de televisión -el "Quién sabe dónde" italiano-, una dama que cabalgó a fondo aquellos años locos y sangrientos. La dama se llamaba, y se llama, Sabrina Minardi.
Hoy tiene 50 años. Era una chica de familia humilde, nacida en el barrio romano de Trastevere. Mona, pero no guapísima, la belleza no le alcanzó para ser actriz. Pero le alcanzó de sobra para hacerse prostituta. De alto standing , lo que hoy se llamaría una escort .
Gracias a su oficio, Minardi conoció de cerca, muy de cerca, a muchos protagonistas de aquella época salvaje. Delinquió, observó, calló, tomó drogas a mansalva, ganó dinero a montones, lo dilapidó, enterró a sus amigos y desapareció.
Una historia de fábula
Su vida, como la de muchos jóvenes italianos de entonces, iba para fábula y acabó siendo un infierno. A los 19 años, casi adolescente, el 16 de junio de 1979, Minardi se casó con el delantero central del Lazio, Bruno Giordano, el emblema de aquel equipazo que pasó a los anales como el más cuchillero de la historia del fútbol. Fuera del campo, muchos de sus jugadores simpatizaban con los matones fascistas, varios llevaban pistola y/o navaja, las borracheras y las broncas eran frecuentes. Dentro del campo se comportaban igual: arrasaban lo que se les pusiera por delante. Por las buenas o por las malas.
La relación de Minardi con el patibulario capocannoniere , trasteverino como ella, de 23 años, ídolo de media Roma, duró poco. A los dos años nació Valentina, que hoy tiene 28 años. Pero enseguida Minardi se hartó de ver a Giordano posando con actrices de medio pelo en las revistas. Se separaron. Minardi ya no podría prescindir del riesgo, el lujo y el champán.
Pronto conoció al que sería su amante más fogoso, Enrico de Pedis, más conocido como Renatino. El tipo era uno de los tres jefes de la banda de la Magliana, la mafia que dominó Roma, sus palacios y su periferia durante casi una década. Una noche, Renatino vio a Minardi en un pianobar de Piazza Navona, y le mandó rosas y champán.
La banda de De Pedis fue en esos años autora y colaboradora de mil y un crímenes propios y ajenos. Algunos la conocerán por la novela Romanzo criminale , del juez y escritor Giancarlo de Cataldo, que luego ha sido también película y serie de televisión. Renatino era El Dandi, siempre impecable, limpio y muy beato; Sabrina Minardi era Patrizia en la ficción. Más que amor, fueron amigos y amantes durante 10 años.
Ahora, tras pasar 25 años escondida de la justicia (fue arrestada por ayudar a huir a Renatino), Minardi ha reaparecido y ha decidido cantar. Contar sus secretos. Pero no todos, según advierte la periodista Raffaella Notariale en la introducción al fascinante libro de memorias Secreto criminal, la verdadera historia de la banda de la Magliana , recién publicado por la editorial romana Newton Compton y firmado a medias por ambas mujeres. Notariale fue quien rescató a Minardi del anonimato en 2006: "Le hice aquella entrevista en televisión, después dejé de verla, y de repente me llamó otra vez en octubre de 2009. Me dijo que quería seguir hablando".
Como meretriz, por sus muslos legendarios pasaron ministros, obispos, cardenales, futbolistas, mafiosos, millonarios, policías, espías, terroristas. Minardi, como De Pedis, toreaba en todo tipo de plazas. Por ejemplo, en San Pedro. Calvi, presidente de la Banca Ambrosiana, perdió la cabeza por ella.
Y el arzobispo Marcinkus no se quedó atrás. En la página 114 del libro, Minardi asegura que se acostó varias veces con el banquero de Dios: "No sé qué le habrían contado de mí, quizá que era alegre y mona con la gente generosa. En fin, el caso es que él quería estar conmigo". Incitada por la reportera, Minardi va tirando de la memoria: "No sabes cuántas chicas le llevaba al arzobispo".
Algunos medios italianos han afirmado que Minardi rompió su silencio porque necesita dinero; y que colabora con la justicia para aminorar sus problemas penales. La periodista Notariale explica que a ella no le pidió nunca un euro, y añade que Minardi está enferma, tiene un brazo casi inútil a causa de un accidente automovilístico, fue drogadicta (lleva años tomando psicofármacos, y la condena le fue conmutada por seis meses de rehabilitación) y está tratando de "ponerse en paz consigo misma y con su pasado".
Minardi lleva meses colaborando activamente con la justicia y se ha convertido en el gran testigo de cargo de la Fiscalía de Roma. Su contribución parece fundamental sobre todo para aclarar uno de aquellos grandes misterios sin resolver, quizá el más oscuro de todos: la desaparición de Emanuela Orlandi, una joven ciudadana vaticana, hija de un funcionario eclesial, que desapareció para siempre el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 años.
El caso estimuló durante este tiempo la imaginación de decenas de periodistas, jueces y policías. Alí Agca, el turco que atentó contra el Papa, aseguró que sabe dónde está. Pero solo Minardi parece haber dado pistas fiables. Gracias a su declaración, ya hay tres personas investigadas por el secuestro. Por primera vez en 30 años. Los tres son viejos amigos de De Pedis.
Según contó Minardi a los fiscales, el jefe de los Testaccini, es decir, Renatino, cabeza del ala más peligrosa y misteriosa de la banda de la Magliana, tuvo mucho que ver con el secuestro de Orlandi. Durante años se pensó que el gran secreto se escondía en la increíble tumba de Renatino, ubicada en la cripta de la basílica de Sant´Apollinare , iglesia gestionada por el Opus Dei desde 1992, a dos pasos de Piazza Navona, justo donde desapareció Emanuela Orlandi.
Cuando los fieles protestaron al vicario por haber dado sepultura en tan sacro lugar a semejante delincuente, fue nada menos que Giulio Andreotti quien salió en defensa del párroco: "Quizá De Pedis no ha sido un benefactor para la humanidad, pero desde luego ha sido un gran benefactor para Sant´Apollinare ", dijo el senador vitalicio, que hoy tiene 93 años.
Según Notariale, Minardi aclaró a los fiscales que el holding criminal de la Magliana tenía relación con la Mafia, la Camorra, la masonería, los servicios secretos, políticos como Andreotti, empresarios, banqueros y altos prelados.
Según una declaración de Minardi, entre 1982 y 1984, a pesar de estar huido de la justicia, Renatino cenó más de una vez en casa de Andreotti, cosa que éste desmintió (aunque no suele hacerlo porque dice que desmentir es dar una noticia dos veces).
Ante la Fiscalía y ante la periodista que la ha entrevistado, Sabrina Minardi ha declarado que la banda ingresaba su dinero en el Instituto para las Obras de Religión (IOR) a través de la Banca Ambrosiana, que entonces presidía Roberto Calvi. Ese dinero fresco y negro servía, entre otras cosas, para que Juan Pablo II financiara al sindicato Solidarnosc, de Lech Walesa, con la idea de abrir brecha en el bloque soviético, siempre según Minardi.
"Recuerdo que Renato una vez llegó a casa con una bolsa de Vuitton llena de dinero", cuenta Minardi en el libro. "Hicimos los paquetes, contamos mil millones de liras y al día siguiente se lo llevamos a Marcinkus".
Según su reconstrucción, De Pedis estaba indignado con la Santa Sede porque el presidente del IOR se negaba a devolver a las mafias el dinero que había ido ingresando. Minardi cuenta que el gánster tenía una relación de gran confianza con el cardenal Ugo Poletti, presidente de la Conferencia Episcopal italiana; pero que esa relación no le sirvió para recuperar la inversión. De modo que buscó una forma de chantajear al Vaticano. El procedimiento fue secuestrar a Emanuela Orlandi: "La secuestraron y la llevaron a la casa de mis padres en Torvaianica, cerca de Roma. Renato me dijo que el apartamento le servía para una noche, que era una emergencia, pero al final la tuvo allí un par de semanas. Renato y Sergio (su chofer) me la subieron en el coche", prosigue. La chica secuestrada "estaba trastornada, confusa, lloraba, reía. Le habían cortado el pelo de una forma obscena. Me dijo: ´Me llamo Emanuela´".
Un día, Renatino llegó a comer al restaurante Pippo l´Abruzzese; iba con Sergio, el chofer, y llevaban dos sacos, continúa. "Fuimos a una obra, y yo me quedé en el coche. ´Así hacemos desaparecer todas las pruebas´, dijeron". En uno de los sacos, sostiene la mujer, estaba el cuerpo de Orlandi, y en el otro, "el de un niño de 11 años al que mataron por vendetta: era Domenico Nicitra, hijo de otro miembro de la banda".
Según Minardi, la operación tenía un motivo: presionar al Vaticano para que devolviera a la mafia el dinero ingresado en el IOR a través del Ambrosiano. El nombre de Marcinkus quedó unido para siempre a la logia secreta Propaganda Due (P2) y a los escándalos financieros de la época, como el crash del Ambrosiano. Monseñor mantenía sólidas relaciones con personajes como Michele Sindona, el banquero de la Mafia, y el maestro de la P2 Licio Gelli. "Renatino veía bien a la masonería. Y conocía a Gelli", sostiene Sabrina Minardi. "Formaba parte de la lista secreta, de aquella que nunca se encontró. Siempre decía que ser masón te abría mil caminos nuevos, no solo por el dinero, sino porque el que pertenecía a ella nunca acababa siendo un desgraciado".
"Muy probablemente -escribe Notariale- Renatino intervino en la negociación abierta entre las cúpulas del Vaticano y la Cosa Nostra para restituir el dinero que la mafia había entregado al Ambrosiano a través de Calvi." Un favor hubo, "eso es seguro", concluye. "Si no, no se explica un tratamiento como el que le dieron al enterrarlo en Sant´Apollinare"´. Según la periodista, la decisión la tomó el jefe de los obispos italianos: su Eminencia Ugo Poletti.
"No vuelvas con dinero"
Pero volvamos a los tiempos felices de la pareja Minardi-Renatino: "Me hacía mil regalos, maletas de Louis Vuitton llenas de billetes de 100.000 liras, y me decía: ´Gástalo todo; si vuelves a casa con dinero, no te abro la puerta´".
La pasión duró dos años; Minardi pensaba que Renatino era lo que le había dicho, el dueño de un supermercado. Verdad en parte: había invertido los beneficios del tráfico de drogas en diversos negocios. Leyendo el periódico, Minardi se enteró de que era un mandamás de la temida Magliana. Empezó a atar cabos y le entró el pánico. En esos dos años de coca y peligro había visto muchas cosas, demasiadas. "Un día, unos sicarios intentaron raptar a mi hija, Valentina, y Renatino me dijo: ´Si te olvidas de todo lo que has visto, no le pasará nada´".
De Pedis se abrazaba y besaba con Pippo Calò, notorio mafioso siciliano y referente de Cosa Nostra en Roma; frecuentaba al faccendiere Flavio Carboni (hoy en la cárcel por conspiración masónica a favor de Berlusconi), despachaba con monseñor Marcinkus y con Calvi, y mandaba sobre magistrados que siempre conseguían su absolución... En realidad, Renatino se las daba de empresario, pero había sido un criminal desde la juventud. Profético, el delantero Giordano, que luego jugaría con Maradona en el Nápoles, advirtió a Minardi que nunca dejara a De Pedis tener en brazos a su hija: "Si un día hay tiros, la matarán a ella también. Al fin y al cabo, todos los capos terminan igual, con la boca sobre la acera".
En efecto, siete sicarios acribillaron a Renatino a balazos en la Via del Pellegrino, cerca de Campo dei Fiori, el 2 de febrero de 1990. Tenía 36 años. Ese día, Sabrina Minardi estaba con él, de compras por el barrio. Oyó los disparos desde una mercería. Luego, el bandido fue enterrado en el cementerio de Verano y más tarde trasladado en secreto a la basílica vaticana. Hace un mes, la Santa Sede ofreció a los fiscales la posibilidad de abrir la tumba. De momento, estos han desoído la invitación.
© EDICIONES EL PAIS, SL
Fuente: LaNación.com
jueves, 21 de octubre de 2010
PLANTAS QUE ATRAEN A LAS AVES
• Las salvias son siempre visitadas por los picaflores. Estas coloridas e intrigantes aves, exclusivas del continente americano, disfrutan enormemente del alimento que contienen las flores de este género. Además de atraer picaflores, son muy floríferas para decorar los canteros.
• El crataegus, arbusto de tamaño mediano a grande, muy utilizado en cercos, atrae con sus coloridos frutos al Zorzal Común (Turdus rufiventris) y a la Calandria Grande (Mimus saturninus), entre tantos otros.
• El espinillo o aromito suele alojar a la Tacuarita Azul (Polioptila dumicola) y al Piojito Común (Serpophaga subcristata), quienes además de recorrer incansablemente sus ramas en busca de pequeños insectos, suelen también utilizarlas para nidificar.
• Las cortaderas atraen pájaros por el alimento que proveen sus semillas, así como también por ser perfectos atalayas desde los cuales las aves efectúan sus cantos y vigilan su territorio. Algunas aves que visitan estas plantas son: el Jilguero Dorado (Sicalis flaveola), el Chingolo Común (Zonotrichia capensis) y el Cabecitanegra Común (Carduelis magellanica).
• Las trepadoras o enredaderas atraen pequeñas aves insectívoras, como la Ratona Común (Troglodytes aedon) que busca insectos entre sus hojas. Y en caso de tener flores tubulares, preferentemente de colores en la gama de los azules o violetas, pueden atraer también picaflores.
ANIDAR EN NUESTRO JARDÍN
Si contamos con un jardín tranquilo y con las plantas adecuadas, varias especies pueden anidar allí. Esto nos permitirá ver el proceso completo de la crianza. Aves tales como el Picaflor Común (Chlorostilbon aureoventris) disfruta de anidar en enredaderas colgantes o en ramas secas de arbustos bajos como la abelia. La Ratona Común (Troglodytes aedeon) busca pequeños huecos cerca de las casas; para esta especie podemos también colocar cajas nido. Tener las aves insectívoras –como la Tacuarita Azul, el Piojito Común y el Picabuey– en nuestros jardines funciona como un efectivo control natural de insectos.
Fuente: http://www.revistajardin.com.ar/nota.asp?nota_id=1284941
Flores silvestres: jardines de belleza natural
En Buenos Aires hay una valiosa flora de origen autóctono para cuidar y valorar. Por nombrar sólo herbáceas podemos mencionar la Verbena bonariensis, casi inhallable en nuestros jardines. Las petunias dieron origen a la miríada de híbridos que hoy se cultivan en todo el mundo. También están las glandularias, la margarita punzó (Glandularia peruviana), la margarita morada (G. dissecta), la blanca (G. platensis), y otras que originaron lo que se conoce hortícolamente –y para confusión- como verbenas y verbenas híbridas.
Un capítulo aparte son las bulbosas. Los Ipehion con sus estrellitas de blanco a celeste en la primavera, los Sisyrinchium azulinos, la magia de la Herbertia lahue que aparece sobre la tierra con la rapidez de los hongos, la Cypella herbertii de flores amarillas y trémulas y, en el verano, la sorpresa roja y rosa de las rhodophialas.
En esa época también tienen su momento espléndido las varas de oro (Solidago chilensis), adoradas por los bichitos de luz que se alimentan de su polen, y las cortaderas imponentes con un gran despliegue de variabilidad, algunas con penachos blanquísimos y otras con tintes pardos o lilas.
Algunas especies naturalizadas.
Las exóticas naturalizadas son plantas rústicas que suelen desplazar a las plantas nativas. Muchas de ellas tienen el aspecto adecuado para jardines de estilo natural y son fáciles de reproducir.
Briza maxima y minima; Iris pseudoacorus (iris amarillo); Brassica rapa (nabiza); Borago officinalis (borraja; Centaurium umbelatum; Cicorium intybus (achicoria); Cirsium vulgare (cardo negro); Cynara cardunculus (cardo de castilla); Dipsacus sativus (carda); Duchesnea indica (frutilla silvestre); Echium plantagineum (flor morada); Galega officinalis; Leucanthemum vulgare (margarita); Matricaria recutita (manzanilla); Melilotus albus (trébol de olor, meliloto); Mentha spp. (menta); Silybum marianum (cardo asnal); Taraxacum officinalis (diente de león); Trifolium pratense (trébol rojo); Trifolium repens (trébol blanco); Verbascum virgatum (polillera); Verbascum thapsus (gordolobo).
Algunas especies autóctonas.
Hay una gran cantidad de herbáceas autóctonas que crecen en la pampa. Guardar bajo cultivo en el jardín estos pequeños tesoros es un aporte para su conservación.
Asclepias mellodora; Canna glauca; Centaurea jacea; Cortaderia selloana (cortadera); Cypella herbertii; Dicliptera tweediana (canario rojo); Eryngium eburneum (falso caraguatá); Eryngium ebracteatum; Glandularia spp. (verbena); Habranthus tubispathus; Habranthus gracilifolius; Heliotropium amplexicaule; Herbertia lahue; Ipheion uniflorum; Nierembergia linariefolia; Oenothera affinis; Oxalis spp.; Oxypetalum solanoides; Rhodophiala bifidum; Sisyrinchium platense; Thalia multiflora; Verbena bonariensis; Verbena intermedia; Vernonia spp.
Fuente: http://www.revistajardin.com.ar/nota.asp?nota_id=1092006
REVALORIZAR LAS PLANTAS NATIVAS
A gran escala: Cortaderas y cannas forman, algunas veces, una asociación en terrenos húmedos que puede repetirse en el jardín. Se puede unir para dar un interés primaveral al Senecio bonariensis, una planta con la ingenuidad de la margaritas pero de tamaño deliciosamente desmesurado.
Pequeños tesoros: Las bulbosas ameritan un rincón que se encenderá con sus flores según la época. Ocupan poco lugar e incluso pueden cuidarse en un conjunto de macetas.
Un hallazgo: La Nicotiana longiflora (flor de sapo) puesta en cultivo puede ser una planta encantadora para disfrutar de noche en el jardín. Tienen una floración muy larga, desde la primavera hasta principios del otoño y, con los años, forma una gran masa de florcitas blancas y suavemente perfumadas que abren al atardecer. Hay que plantarlas semiocultas para que no se note su aspecto desprolijo durante el día.
Elegir el color: El azul en la Verbena bonariensis, el amarillo en la vara de oro (Solidago chilensis) y el rojo en el coral del campo (Dicliptera tweediana). Todas florecen en verano y crecen bien en terreno rico y algo húmedo.
Fuente: http://www.revistajardin.com.ar/nota.asp?nota_id=1094234
miércoles, 6 de octubre de 2010
El Vaticano criticó la elección del Nobel de Medicina
El Vaticano criticó la concesión del premio Nobel de Medicina al británico Robert G. Edwards por sus investigaciones sobre la fecundación in vitro al expresar su "perplejidad" el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el español Ignacio Carrasco de Paula.
"¿Perplejidad? Mucha. Sin Edwards no existiría el mercado de los ovocitos. Sin Edwards no habría congeladores llenos de embriones a la espera de ser transferidos a un útero, o más probablemente para ser utilizados para la investigación, o bien para morir abandonados y olvidados por todos", manifestó Carrasco de Paula, en declaraciones remitidas a Efe.
Carrasco, que precisó que en sus declaraciones habla a título personal, agregó que él habría votado a otros candidatos como "Mc Cullock y Till, descubridores de las células estaminales, o bien a (Shinya) Yamanaka, el primero en crear células madre inducidas (IPS)".
"De todos modos la elección de Edwards no me parece completamente fuera de lugar. Por un lado, entra en la lógica perseguida por el Comité que asigna el Nobel, por el otro el científico británico no es un personaje que pueda ser infravalorado", agregó Carrasco.
Asimismo, comentó que Edwards "inauguró un nuevo e importante capítulo en el campo de la reproducción humana, cuyos resultados están a la vista de todos".
Sin embargo, Carrasco señaló que "Edwards inauguró una casa, pero abrió la puerta equivocada desde el momento en el que se centró en la fecundación ´in vitro´ y consintió de forma implícita el recurrir a donaciones y ´compra-ventas´ que implican a seres humanos".
"No modificó mínimamente ni el cuadro patológico ni el cuadro epidemiológico de la infertilidad", comentó.
Edwards (Inglaterra, 1925), "padre" del primer bebé probeta, la británica Louise Brown (1978), comenzó sus investigaciones sobre la fecundación "in vitro" a mediados de la década de 1950, planteando la posibilidad de extraer un óvulo, fecundarlo con esperma en un laboratorio y volver a introducirlo posteriormente en el cuerpo de la mujer.
El ganador de la presente edición del Nobel de Medicina logró que el 25 de julio de 1978 naciese el primer niño fruto de una fecundación "in vitro".
Fuente: EFE
Los límites a los hijos
"Los padres, hoy en día, tienen un temor inmenso a tener poder. Se lo ve como algo arbitrario, dictatorial. El poder de los padres se licúa y la mirada cambia de eje: antes eran los padres los dictadores, ahora son los hijos. Pero no hemos salido del paradigma dictatorial. La autoridad es lo que permite que los chicos crezcan. Sin límites, sin un criterio que regule sus impulsos, los chicos quedan librados a su propia suerte sin poder sobre sí mismos, inmersos en la tiranía de sus impulsos, a merced de un mercado cruel e insaciable que se abalanza sobre ellos." Miguel Espeche, psicólogo, coordinador general del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano y autor del libro Criar sin miedo.
"Desde siempre los niños han copiado inconscientemente a sus padres. Sólo que antes se copiaba una jerarquía. Hoy se ubican en una relación de paridad con los adultos. Los copian tal como lo harían con un par. Un niño que se siente por dentro como un adulto, que no ha internalizado la difencia entre un grande y un chico, quiere hacer lo que quiere con más fuerza y convicción. Confía tanto o más en sí mismo que en los adultos y no logra internalizar a los padres como figuras de contención y protección. Si quien me habla es igual a mí ¿de qué sirve su consejo? Los adultos tienen que ayudar a los hijos a recuperar su lugar de hijos en el plano emocional." Claudia Messing, psicóloga, socióloga y autora del libro Simetría entre padres e hijos.
martes, 14 de septiembre de 2010
Crónica de los Esteros del Iberá
Crónica de excursiones por el famoso pantanal correntino, navegando por la desembocadura del río Corriente y el arroyo Miriñay para observar en primer plano la efervescente vida de los esteros, donde conviven o se enfrentan a muerte miles de yacarés, boas curiyú, adorables carpinchos, ciervos y un sinfín de aves de colores.
Por Julián Varsavsky
Desde la localidad correntina de Mercedes hasta los Esteros del Iberá hay 120 km de planicie perfecta por un recto camino de tierra roja. Al principio reina una amarillenta aridez sin árboles y cada tanto aparecen ranchos solitarios de adobe con su corral al lado, y más adelante tranqueras frente a montes de eucaliptos rodeando el casco de una estancia ganadera. Pero sutilmente el color del paisaje comienza a cambiar hacia el verde. Y a la hora y media de viaje el suelo ya parece el pastito de un campo de golf con arbolitos pequeños como el espinillo y el curupí.
Un simple cartel en medio de la nada indica que estamos ingresando en la Reserva Provincial Esteros del Iberá. Allí se ven los primeros manchones de agua y el primer carpincho. Al rato ya todo lo que nos rodea está anegado, con los camalotes al borde mismo de la ruta, y aparecen el segundo carpincho, el tercero... hasta que llega un momento en que cada 300 metros hay una familia completa de carpinchos. Ahí nomás divisamos el primer yacaré, la primera pareja de chajás y toda clase de aves de colores que remontan vuelo al paso del micro.
Las palmeras pindó señalan que estamos muy cerca del humedal. Entre los verdes pajonales alcanzamos a descubrir a un ciervo de los pantanos con su cornamenta, a pocos metros de la ruta. Y, no lejos, un ñandú con su harén itinerante de cinco hembras avanza con sus pasos largos de bicho desgarbado y 10 charitos siguiéndolos en fila. A esta altura, sin haber llegado aún a destino, ya hemos visto tanta fauna que tranquilamente nos podríamos volver.
PUEBLITO CORRENTINO Antes de llegar a Colonia Pellegrini, nuestra base para visitar los esteros, cruzamos un pedraplén que atraviesa la amplia laguna de Iberá. Allí hay un pueblito de apenas 600 habitantes que en su mayoría viven en casas de adobe. Por sus calles de arena blanca circulan vacas, patos, gallinas, muchos perros, hombres a caballo y niños montando en pony. Y el único auto que nos cruzamos fue un fitito descascarado que difícilmente podría llegar mucho más allá de los límites del pueblo.
A media tarde ya estamos instalados en una posada de Colonia Pellegrini y nos largamos a navegar en una lanchita con motor fuera de borda que cruzó como un rayo la laguna de Iberá. A los 15 minutos llegamos a la zona de los esteros y aparecieron la maraña de camalotes y los fragmentos de tierra flotante que albergan una increíble biodiversidad. Es el momento en que el guía apaga el motor y al impulso de una caña tacuara comenzamos a avanzar, silenciosamente. El silencio contribuye a una mejor observación de la fauna, aunque la verdad es que toparse con los animales no requiera de mucha ciencia ni estrategia: son tantos y están tan a la vista que no es necesario esforzarse en buscarlos. Lo más curioso es que los animales están ya tan acostumbrados a esa otra especie que los observa desde una lancha, que por más que nos acerquemos a un metro de ellos por lo general no se van.
Al recorrer los esteros se tiene el mismo nivel de proximidad con los animales que logran las cámaras de un documental: con sólo estirar el brazo se los podría tocar. Desde ya que eso no se debe hacer, aunque difícilmente alguien se atrevería a probar los reflejos de un yacaré negro al que se le ven a simple vista las claras pupilas verdes con su iris negro en forma de raya vertical y su desconcertante parpadeo lateral. En general se los ve sumergidos como asesinos al acecho junto a la lancha, con sus ojos traicioneros sobresaliendo apenas en la superficie del agua.
UNA GUERRA CRUEL Navegamos la zona del nacimiento del río Corriente, el principal desagote de las aguas de lluvia que se acumulan en esa gran hoyada de 1,3 millón de hectáreas poco profundas que son los Esteros del Iberá. En esta zona predominan los embalsados, un entretejido vegetal que flota en las aguas, originado de una acumulación de camalotes sobre los cuales el viento deposita grandes cantidades de polvo. Se forman pegados a la costa y sobre su superficie crecen toda clase de pastizales e incluso árboles pequeños como el ceibo y el laurel.
Al mirar los embalsados desde la lancha parece que la costa se mueve suavemente, arriba y abajo. Las tormentas les desprenden fragmentos enormes, conformando islas flotantes que navegan a la deriva. Luego encallan y se unen a la costa otra vez. Toda clase de fauna hace pie en los embalsados, en especial las garzas, numerosas aves y una esquiva especie de mapache llamada aguará popé u osito lavador por la forma en que mueve las manitos al escarbar el barro buscando comida.
Sobre los embalsados transcurre gran parte de la apacible vida en los esteros. En uno mediano vemos a una pareja de yacarés aletargados al sol, mientras a 5 metros un confiado carpincho se la pasa roe que roe, un pajarito federal con el cuerpo negro y la cabeza roja aterriza en una rama seca, una luminosa garza blanca pasa a vuelo rasante, y un ciervo de los pantanos nos mira fijo a prudente distancia. Y, más allá, una parejita de felices chajás –monógamos hasta la muerte– picotean insectos con sus cinco polluelos amarillos.
Todo el tiempo parece reinar una gran armonía en los esteros, una comunión perfecta con las diferentes especies, conviviendo una al lado de la otra. Hasta que de repente a un animal le pica el hambre, da cinco pasos hacia el vecino más cercano y lanza el tarascón o el picotazo mortal. La verdad sea dicha: bajo las aguas y entre los pastizales se libra una silenciosa guerra sin cuartel basada en la irreductible ley del más fuerte. Los yacarés, por ejemplo, se trenzan con las boas curiyú y el que gana, come. Nuestro guía nos cuenta que una vez vio a un yacaré atacar a una serpiente pequeña: “La mordió justo en el centro, dio un violento tirabuzón salpicando agua y la cortó por la mitad en un parpadeo”. En otra oportunidad, el guía vio la escena contraria: “Una curiyú de las grandes envolvió a un yacaré, le fue triturando los huesos de a poco y se lo llevó al fondo de los esteros”.
Lo que más comen los yacarés son peces –”y turistas”, acota el guía–, utilizando una técnica muy sencilla: se sumergen en el agua y se quedan quietitos con la boca abierta esperando que pase un pez. Hasta que de repente... ¡plaf!, y adentro. Aunque si un día el macho no tiene ganas de cazar, es capaz de comerse a sus propias crías, a las cuales la madre intenta defender. De adultos, los yacarés no tienen depredador, pero las crías están entre las más vulnerables de los esteros. El lobito de río les come la cola y las cigüeñas yabirú se los zampan de un solo picotazo. De los 40 huevos que pone un yacaré, apenas un 30 por ciento sobreviven a las aves. De lo contrario, la superpoblación de yacarés acabaría con casi todas las demás especies.
Si de crueldades se trata –selección natural para la ciencia–, nadie está libre de pecado en este “paraíso”. Los adorables carpinchos –escrupulosamente vegetarianos ellos, no se meten con nadie– son capaces de matar a sus crías cuando tienen sarna, evitando así que contagien a los demás. Pero no todo es guerra en el humedal. Se ven también casos de hermandad entre especies distintas –comensalismo para la ciencia–, como es el caso del ciervo y un pajarito amarillo llamado picabuey, que se les posa en el lomo comiéndole los parásitos.
ARROYO MIRIÑAY Al día siguiente salimos a navegar otra vez, ahora por la zona del arroyo Miriñay. Lo primero que llama la atención camino al arroyo Miriñay es la vegetación. No es el paisaje plano de los embalsados sino una sucesión de montes selváticos con árboles como el lapacho rosado, el ceibo y el higuerón, además de palmeras pindó y altos cañaverales de tacuara. Esta flora crece sobre unos bancos de arena que forman hermosas playitas donde asoman la cabeza las tímidas corzuelas, un cérvido muy pequeño de los esteros. Allí vimos, al alcance de la mano, extendida sobre las ramas de un arbolito en la costa, a una boa curiyú con sus casi dos metros de largo extendidos al sol.
En un sector muy específico habitan las increíbles arañas comunitarias, que viven en grupos de a miles con sus telas que parecen cercar todo el borde de unos pastizales costeros.
El guía toma un pedazo de la tela y nos muestra que es casi tan dura como un hilo de coser, y las vemos a todas durmiendo de día una arriba de la otra, formando montoncitos acumulados sobre una red que cuelga en el aire.
Ahora nos internamos en el angosto canal del arroyo Miriñay y aparecen los embalsados otra vez. En esta zona es donde hay más yacarés y están los más grandes, algunos de casi dos metros y medio de largo. Están en sucesión a cada lado de la costa, como preparados para un festín. Cada tanto uno se sumerge y viene hacia nosotros, viboreando con la cola.
El “documental” de los Esteros del Iberá está terminando. Hemos visto fauna casi hasta el hartazgo –incluso figuritas difíciles, como la curiyú–, y lo que a una producción televisiva –incluso en Africa– le hubiera llevado meses de filmación, aquí lo vimos en tres días. Nos estamos yendo por el mismo camino de tierra roja, ya lejos de la laguna, y la fauna sigue apareciendo sin cesar: bandadas de patos, una mamá carpincho amamantando a cinco crías, una lechuza parada en el alambrado, una enorme cigüeña yabirú y un osito lavador. Es la fauna en absoluta libertad, la naturaleza virgen, como fue siempre durante millones de años, hasta hace unos dos o tres siglos. Inquieta un poco pensar que esto que vemos fue lo normal en todo el planeta, y que ya sólo existe en algunos pocos rincones aislados que se protegen por ley, donde el hombre ya no depreda porque está prohibido. Aquí, en los esteros, hay una pequeña pero esperanzadora reserva de vida.
Fuente: Página 12 - Suplemento Turismo
viernes, 13 de agosto de 2010
Cómo afecta el cambio climático a la ballena franca austral
Dicen que algunas especies son capaces de predecir la llegada de terremotos y tsunamis, y que esa anticipación representa la salvación para muchas, que pueden escapar a tiempo. No ocurre lo mismo con otros fenómenos, como el calentamiento global, cuyo avance es más sutil.
La Ballena Franca Austral, monumento natural que hizo conocida en todo el mundo a la Península Valdés, es un ejemplo. “Ahora mismo podemos estar viendo efectos del cambio climático en esa población”, dijo Vicky Rowntree, investigadora norteamericana que dirige el Programa de Investigación Ballena Franca Austral en el que están involucrados el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) en Argentina, Ocean Alliance/Whale Conservation Institute en EE.UU. y la Universidad de Utah, de ese país.
La escasez de krill, su principal alimento, es el peligro más grande que existe para la ballena si el calentamiento global no se detiene. Además, los investigadores no descartan que el arribo cada vez más temprano de los ejemplares a Península Valdés, y algunos varamientos puedan estar relacionados con la cuestión.
Existe, aseguran, una especie de avance que podría indicar cómo afectaría el cambio climático a estos enormes cetáceos. Se trata de lo que ocurre durante el fenómeno climático conocido con “El Niño”, por el cual se produce la aparición de inusuales corrientes oceánicas cálidas en las costas de América.
“El análisis de nuestra base de datos de las ballenas francas que visitan Península Valdés muestra que las ballenas tienen menos crías de lo esperado en años de El Niño, cuando la temperatura de la superficie del océano es más elevada de lo normal alrededor de las islas Georgias del Sur. Estas islas representan una de las áreas de alimentación probables de las ballenas, y también el sector del Océano Atlántico Sur que contiene la densidad más alta de krill”, explicó Rowntree. Este efecto “demuestra que las ballenas son remarcablemente sensibles a los cambios en la abundancia de su alimento”, agregó.
Rowntree trabaja en la Universidad de Utah con el argentino Luciano Valenzuela, cuya tesis académica arrojó una comprobación que puede ser vital para conocer si las ballenas son capaces de resistir al cambio climático. Valenzuela descubrió que las ballenas francas tienen “fidelidad de sitio” a las áreas de alimentación. Esta fidelidad es heredada de madre a cría. “Significa que las ballenas aprenden la ubicación de las áreas de alimentación durante los primeros años de sus vidas y luego retornan siempre a esos mismos lugares generación tras generación”, explicó Valenzuela. “Lo importante de este descubrimiento es que pone en duda la flexibilidad de estos animales para cambiar de áreas de alimentación si es que debido al calentamiento global algunas áreas (como las islas Georgias del Sur) disminuyen su productividad de krill”, agregó.
El peligro es grande. Es que, según explica Valenzuela, “si las ballenas tienen dificultades para encontrar suficiente alimento, probablemente reducirán el número de crías que tienen por año y la población podrían disminuir”.
Existe, sí, una esperanza: las ballenas francas que viven en el Atlántico Norte se alimentan principalmente de copépodos (crustáceos muy pequeños), y es posible que las francas australes puedan sobrevivir alimentándose de esas especies, como de hecho hoy lo hacen haciendo ciertos miembros de la población de Península Valdés. “Sin embargo, no se sabe cuántas generaciones podría tomar para pasar de ser exitosos consumidores de krill a ser exitosos consumidores de copépodos”, dice Valenzuela. En buena parte, dependerá del éxito de la transmisión generacional de nuevas áreas de alimentación.
Si bien la posible disminución de la cantidad de krill representa el principal riesgo, también pueden existir otros efectos. En los últimos tres años, unas 230 ballenas; en su mayoría crías; murieron y quedaron varadas en las costas chubutenses. “Aún no sabemos si existe una relación entre la reciente alta mortalidad de ballenas en Península Valdés y el cambio climático”, dijo Rowntree. “Existen una gran variedad de posibles causas de estas muertes, tales como los patógenos, toxinas y un mal estado nutricional”, indicó.
Según la fundación ambientalista Tierra Salvaje (WEF es su sigla en inglés), que tiene sede en Puerto Pirámides, desde donde salen los avistajes de ballenas, no hay pruebas para relacionar la mortalidad y los varamientos con el cambio climático. Pero hay comprobaciones vinculadas a la cuestión. “Descubrimos lesiones de piel en ballenas provocadas por virus y pensamos que podría tener que ver con el cambio climático”, dijo Gabriela Bellazzi, titular de la fundación. Y agregó: “Del mismo modo, las floraciones algales nocivas son cada vez más frecuentes en el mundo y eso sin dudas se relaciona con el cambio climático. Esas floraciones toxicas provocaron, según nuestra teoría, la mortandad de ballenas del año 2007”. Durante esa temporada fueron 83 las muertes comprobadas por el ICB.
Otro efecto, que en realidad hasta ahora ha sido visto como beneficioso para el turismo, es la llegada cada vez más temprano de los cetáceos a la península, donde arriban para aparearse y dar a luz. “Los cambios en la periodicidad de las migraciones son un indicador de la respuesta al cambio climático que ha sido observado en varias especies, particularmente en aves migratorias del hemisferio norte”, aportaron los investigadores de la Universidad de Utah. Pero hay una cuestión a tener en cuenta que también podría generar ese cambio. “La población ha crecido mucho y lo está haciendo a una tasa muy alta. Lo que se ve reflejado como un arribo más temprano podría estar indicando que simplemente hay más animales”, sostuvo Vicky Rowntree. En efecto, la tasa de crecimiento en la última década llega al 7 % anual. Es decir, de cada 100 ballenas que se ven en Chubut, siete no estaban en la temporada anterior.
Las comprobaciones sobre la Ballena Franca no son menores. Debido a que es la especie de cetáceo que más ha sido estudiada en los últimos años, los resultados de las investigaciones pueden ser extendidos a las demás especies. “La población de Península Valdés es una especie indicadora porque ha sido estudiada continuamente por más tiempo que otra población de cetáceos barbados en el mundo, siguiendo la vida de individuos conocidos”, dijo la especialista.
Ahora bien, ¿qué se puede hacer para que las ballenas no corran peligro por efecto del cambio climático? Rowntree aporta una respuesta: “No estoy segura de si el hombre pueden hacer mucho más para reducir el efecto, además de disminuir la emisión de dióxido de carbono. Una acción directa que podría ayudar, si es que el cambio climático disminuye la abundancia de krill, es establecer regulaciones en la pesca de esta especie. Sin embargo, existe mucha controversia acerca de cuánto krill hay en el océano sur”.
Recuperada de la caza comercial que la afectó durante décadas, ahora para la Ballena Franca el riesgo es otro. El cambio climático llegó para quedarse. La gran incógnita es cómo hará el hombre para reparar, al menos en parte, lo que provocó.
Fuente: Diario Jornada
miércoles, 16 de junio de 2010
¿Cuál es la mejor cámara digital?
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Sobornos de Japón para cazar ballenas
La nota original puede leerse en inglés en http://www.timesonline.co.uk/tol/news/environment/article7149091.ece
Varios medios internationales levantaron la noticia en español.
Para acceder a la nota publicada por el ABC de España presione Sobres y «señoritas» para cazar ballenas - ABC.es
miércoles, 9 de junio de 2010
Con "Quidam", el Cirque du Soleil se pone onírico y un poco más oscuro
Como en anteriores ocasiones, el show está integrado por una serie de números circenses de alto impacto, aunque esta vez hay más segmentos dedicados al humor.
La premisa de "Quidam" es la aparición de un extraño personaje sin cabeza que le deja a una niña, Zoé, un sombrero que le permite viajar con la imaginación. A partir de allí, la pequeña hará un mágico recorrido en el que será testigo de distintas escenas.
Así se sucederán números como el de la rueda alemana, en la que un intrépido artista gira dentro de un círculo de metal; el diábolo, con cuatro pequeñas asiáticas que hacen malabares para el asombro; el salto de la soga, con una colorida coreografía; o el "balanceo en las nubes", en el que una trapecista realiza increíbles movimientos sobre una soga que cuelga a varios metros del piso.
También hay lugar para momentos más sombríos como el número de contorsiones en tela, que culminará con una metafórica muerte de la acróbata tras un sensual despliegue de movimientos; y numerosas imágenes poéticas, como un hombre con cara de diario que camina sobre el aire y unos simpáticos personajes vestidos con mamelucos blancos y capuchas que sólo dejan al descubierto sus ojos.
Además en "Quidam" hay un fuerte protagonismo del humor, con las intervenciones de John (Mark Ward), un insólito maestro de ceremonias; y del clown argentino Toto Castineiras, quien se encarga de hacer dos intervenciones cómicas con participación del público que son las mejores que el Cirque du Soleil presentó hasta el momento en el país.
Palabras aparte merecen la música en vivo, mezcla de folclore balcánico con pop y rock, y el deslumbrante vestuario y maquillaje que ya son una marca registrada de la compañía canadiense.
"Quidam" se presentará hasta fines de junio en Desarrollo al Río, un predio ubicado en la intersección de las calles Laprida y Bartolomé Cruz, en el partido de Vicente López.
Fuente: Reporter de Entretenimiento y Cultura
Expo Shanghai 2010
El Pabellón de España - El cesto de mimbre
Vencedor de un concurso al que se presentaron 18 de los estudios españoles de mayor proyección internacional, el proyecto del Pabellón de España para la Exposición Universal Shanghái 2010 se adjudicó al estudio EMBT Miralles-Tagliabue, dirigido por la arquitecta Benedetta Tagliabue.
El edificio
Una arquitectura de contrastes y líneas sinuosas que combina la calidez de los materiales orgánicos y las nuevas tecnologías
El diseño de EMBT se basa en la cestería de mimbre, una técnica artesanal arraigada tanto en España como en China, con lo que el lenguaje universal de este material sirve de puente entre Oriente y Occidente. La fachada del pabellón cuenta con el mimbre como principal elemento de revestimiento. El edificio utiliza además materiales ecológicos y sostenibles y los cestos están montados sobre un sistema de paneles articulados.
El Pabellón, con una superficie útil de casi 7.000 metros cuadrados, se edificará sobre una parcela de 6.000 metros cuadrados y figura entre los más grandes de los países participantes.
Los contenidos ‘De la ciudad de nuestros padres a la ciudad de nuestros hijos’
La superficie expositiva del Pabellón de España es de 2.460 metros cuadrados. Acorde con el tema de la Expo, el lema del pabellón es De la ciudad de nuestros padres a la ciudad de nuestros hijos. El recorrido expositivo está integrado por tres espacios: De la naturaleza a la ciudad (lo atávico y lo inmemorial; lo salvaje y lo civilizado); De la ciudad de nuestros padres a la actual (del pasado reciente al presente); y De la ciudad actual a la de nuestros hijos (del presente al futuro). El objetivo es transmitir una imagen moderna y contemporánea de España y sus ciudades, capaz de potenciar el conocimiento de nuestro país en China, con unos contenidos comprensibles y atractivos para el público.
Un edificio multifuncional
El ala este del pabellón está dividida en tres plantas que albergarán otros usos públicos, como un bar de tapas con capacidad para 170 personas y que ofrecerá una gastronomía basada en los mejores productos españoles; la tienda, situada a la salida de la exposición; un auditorio multiusos con capacidad para 200 personas; y un centro de negocios, que pretende aprovechar la Expo para potenciar la presencia empresarial española en China.
Un amplio programa artístico y cultural
Durante la Expo, el Pabellón de España presentará en Shanghái a las más conocidas figuras artísticas españolas, incluyendo la ópera, el flamenco, la danza, y la música, con el objetivo de incrementar el conocimiento de la cultura española entre el público chino.
Fuente: http://www.embassyofspain.cn/Folleto.html
Algunas fotos: http://spanish.china.org.cn/specials/shanghaiexpo/2010-05/01/content_19951840.htm
Más fotos:
http://spanish.china.org.cn/specials/shanghaiexpo/2010-04/30/content_19946617.htm
martes, 8 de junio de 2010
Can someone explain this song: I'm yours - Jason Mraz
Well you dawned me and you bet I felt it
She came into his life and he suddenly realized his love for her.
I tried to be chill but you're so hot that I melted
He tried to act cool but being around her, he lost his composure and couldn't hide his true feelings.
I fell right through the cracks
More on the metaphor of him melting, and how he totally fell for her!
and now I'm trying to get back
He's trying to regain his composure and be cool.
Before the cool done run out
Before he can't help himself from being totally devoted to her.
I'll be giving it my best test
He's doing his best to show her how mush he loves her.
Nothing's going to stop me but divine intervention
Nothing can stop his love for her but divine intervention which is when God intervenes in something.
I reckon its again my turn to win some or learn some
He has nothing to lose because he loves her so much, and he can either win, but he thinks of losing as just learning and gaining experience, so he is gonna try and ask her out any way.
I won't hesitate no more, no more
He is gonna just live in the moment.
It cannot wait, I'm yours
He doesn't want to hide his love any more.
Well open up your mind and see like me
Be open minded like him.
Open up your plans and damn you're free
Don't be so uptight and plan every move, take to road life leeds you down and you'll be free of everything of you live in the moment.
Look into your heart and you'll find love love love
What it says... it is more natural to love than it is to hate, there is no limit to how much you can love someone!
Listen to the music of the moment, maybe sing with me all our peaceful melody
Live in the moment and just go with the moment, and sing allong and be free because love is like a peaceful song, so he is asking her to just go along with the feeling of love.
It's your God-forsaken right to be loved love loved love love
It's everyone's right to be free
Then repeats of previous lyrics
So I won't hesitate no more, no more
He isn't going to wait any further.
It cannot wait I'm sure
He can't wait.
There's no need to complicate
Everything is simple if you just go with your feelings.
Our time is short
We are only alive for a short time so we may as well do what makes us happy!
This is our fate, I'm yours
It's fate for his heart to be hers.
I've been spending way too long checking my tongue in the mirror
He has been spending too long rehearsing what to say to her.
And bending over backwards just to try to see it clearer
He is trying too hard to try and understand her.
But my breath fogged up the glass
But that just distorted things.
And so I drew a new face and I laughed
So he made the situation right again by just going for it with her anyway.
I guess what I'll be saying is there ain't no better reason to rid yourself of vanity and just go with the seasons
There isn't a better reason to do any thing than for the sake of being pure and following nature and not feeling the pressures of the world.
It's what we aim to do
His perfect aim is to be a free spirit
Our name is our virtue
This basically means that the name you make for yourself is what you should pride yourself on, not money or possessions, but the person you are.
Repeated lyrics....
The sky is yours
This means that the world of opportunity and possibility is open to anyone and the sky is the limit of you follow your heart
jueves, 3 de junio de 2010
jueves, 27 de mayo de 2010
El viaje de Darwin
El mapa podrás hallarlo en el siguiente link de la Revista Muy Interesante http://www.muyinteresante.es/rcs/minisites/2009/darwin/beagle.html